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Congresos

Esta última semana de septiembre está teniendo lugar la 4º edición de la Semana de la Música Contemporánea de Mar del Plata. Este encuentro se realiza desde el 2022 por iniciativa y con la dirección de la Licenciada Paula Bianucci, profesora del área de composición del Conservatorio Luis Gianneo, con el objetivo de fomentar el conocimiento y la escucha comprensiva de la música académica y contemporánea argentina tanto entre quienes estudian la carrera de Composición como también en el público en general.
Desde su 1º edición cuenta con el apoyo de la Fundación Destellos –dirigida por la Dra. Elsa Justel–, autoridades y docentes del Conservatorio, la Asociación Cooperadora, intérpretes, compositores e investigadores tanto locales como de distintos puntos del país.

En este contexto, voy a estar compartiendo dos actividades el día jueves 25: por la tarde participando de una relatoría compartida junto a la compositora cordobesa Gabi Yaya al respecto de la música para medios mixtos; y esa misma noche con el estreno de Duga 3, una pieza acusmática que sonará en cuadrafonía. Ambas actividades tendrán lugar en el auditorio de la Alianza Cultural, a las 18h y a las 20h respectivamente.

Hay actividades toda la semana y la entrada siempre es gratuita hasta colmar la capacidad de las salas. Entonces, para quien tenga la posibilidad, queda extendida la invitación a darse una vuelta para escuchar y ver algunas piezas acusmáticas, mixtas y de música visual y por qué no, charlar un poco al respecto.

Gracias por leer, ¡nos vemos pronto!

Unos minutos después de acomodarme donde –gracias a la impecable coordinación de María– me hospedé los días pasados en Resistencia, me escribió Ale Reyero para comentarme que estarían junto a Maia Navas almorzando a tan solo unas cuadras, e invitándome a sumarme. Fue de esos momentos raros en los cuales uno termina conociendo personalmente a quienes ya ha tratado en la virtualidad, en encuentros anteriores y demás, y donde prima cierta familiaridad a pesar de no haber compartido antes un espacio en persona. Cosas de la época en la que nos toca vivir.

La primera obligación era en el Club Social Resistencia, donde iba a inaugurarse al día siguiente la muestra de estudiantes, docentes y graduados y de la que, como invitado del encuentro, también yo formaba parte. Allí tenía que probar sonido para la presentación de Costumbres Argentinas y, de paso, ver cómo iba el montaje de Metaminerales –la videoinstalación de la imagen que acompaña este texto–. Brevemente nos entendimos con el equipo de pasantes, un grupo de estudiantes que de manera voluntaria daban una mano para con la producción del evento, coordinados por Ale Barboza, a quien también conocí en ese momento: predispuesto a que todo salga según lo previsto o mejor y dando una mano personalmente para la cosa funcione con una calidez excepcional. Tipazo.

Después de asegurar que todo estuviera listo para la inauguración del día siguiente, me presentaron a Ale –aka el Cheche– y el plan fue que encaráramos para el predio de la Bienal, donde Nico Ojeda presentaba una escultura sonora: Si un árbol cae en el monte. Si bien la cosa venía un poco demorada, sirvió de excusa para cruzarnos, tomar un cafecito y charlar un rato. Y por supuesto conocer un poco más de los desechos electrónicos, su gestión y cómo Nico había construido esa pieza. Laburazo.

Al día siguiente comenzaba el Congreso. Ya desde tempranito estábamos haciéndole el aguante a Agustina, Carolina, Sofía y Romina, que moderadas por Maia Bradford hicieron una impecable presentación de sus proyectos audiovisuales, cada una con sus particularidades, motivaciones y búsquedas. Yo aproveché para tomar notas de algunas cuestiones que resonaron bastante con temas que iba a tocar en mi propia charla de la tarde. Como siempre, todo está conectado con todo.

Fuimos a almorzar pastas, y se nos unió Miguel Almirón –que recién llegaba a Resistencia, después de un largo periplo en micro– a quien conocí en ese momento. Charlamos de la universidad, de los temas de investigación y de la vida aquí y allá.

Por la tarde era mi charla, en el espacio Sinergia del predio de la Bienal. Fuimos desde el centro caminando con Miguel, impresionándonos de la cantidad de gente que estaba dando vueltas. Llenísimo el predio. Llegamos bien a tiempo para escuchar las palabras de apertura de parte de las autoridades y, después de la presentación de parte de Ale, Maia y Cheche –desde su rol como comité académico del congreso– poder pasar a compartir mi charla, que tuvo una buena recepción y generó un lindo espacio de debate posterior. Ya le quedaba solo un pasito más al día: la inauguración de la muestra en el Club Social, así que hacia allá fuimos.

En la vereda, mientras esperábamos que iniciara el evento conocí a Lucho, que además me dio una mano para hacer algo de registro de la videoinstalación. Hicimos juntos además un recorrido por la muestra, y siendo que él es profe y conocía la mayoría de los proyectos, fue una suerte de guía que supe encontrar para acceder a otro nivel de lectura para con las piezas expuestas.

Terminamos este largo día yendo a comer a un bar, que a pesar de ser miércoles estaba llenísimo. Al equipete del comité académico se sumaron también Eve y Mariana –que estaban brindando un workshop de videodanza por las mañanas–. Necesario distender y hacer catarsis al menos un poquito después de darle tanto a la trabajación.

Aunque al congreso le quedaba un día más, siendo que el viernes tenía que volver a cerrar un seminario presencial en Buenos Aires, el jueves era mí último día en Resistencia. Así que después del almuerzo, volvimos al Club Social para organizar la presentación de Costumbres Argentinas. Allí volvimos a organizar la técnica junto a Agustín, María, Ludmila y Joel, pasantes que con mucha dedicación recablearon la consola dejándola lista para la sesión de escucha, que salió fantástica.

No me queda más que agradecer por la invitación y por haberme confiado tanto la charla como las presentaciones de piezas en el contexto del Congreso. Para mí siempre es una alegría compartir estos espacios de reflexión e intercambio. Y una alegría doble poder volver a Resistencia después de estos seis años que pasaron en el medio.

Así que, para no hacerla más larga: gracias. Muchas gracias a quienes trabajaron para que todo fuera posible. Espero que, por acá o por allá, nos veamos pronto. ¡Hasta la próxima!

Los próximos 17, 18 y 19 de julio tendrá lugar, organizado por la Universidad Nacional del Nordeste, el IV Congreso Internacional de Artes: Límites y Fronteras. El encuentro –que se realiza en el marco de la Bienal Internacional de Escultura Chaco– busca crear, a partir de mesas temáticas, exposiciones de ponencias y grupos de trabajo, un espacio de intercambio y discusión entre artistas, investigadores, gestores culturales, docentes y estudiantes acerca de las intersecciones de los lenguajes de las artes, los difusos límites actuales entre teoría y práctica con el objetivo de brindarle a la Bienal una dimensión académica y científica.

La tarde del primer día, estaré presentando una de las charlas inaugurales: La investigación-creación. Experiencias y desafíos, relativa a este enfoque particular sobre la investigación en artes en el que vengo trabajando, para elaborar sobre sus alcances, problemáticas y posibles soluciones en el contexto académico y universitario. Además, la videoinstalación Metaminerales –creada en colaboración con la artista visual Maria Paula Jaramillo Gómez– forma parte de la muestra del encuentro.

Por la tarde del jueves, estaré también presentando en concierto y charlando alrededor de las piezas que componen Costumbres Argentinas, album estrenado en 2023 y que estoy girando de manera federal durante este 2024.

El Congreso, además tendrá distribuidos en los tres días, espacios para intervenciones artísticas, performances, instalaciones, workshops y seminarios intensivos con la participación de invitados nacionales e internacionales.

Me pone muy contento volver a formar parte de este gran encuentro, del que tuve el agrado de participar por primera vez en el año 2018. Quien quiera saber más acerca del encuentro, puede seguir de cerca las redes de la Facultad de Artes, Diseño y Ciencias de la Cultura de la UNNE.

Gracias por leer y, si están por allá: ¡nos vemos pronto!

Esta semana estaré participando una vez más del Festival Internacional de la Imagen que organiza la Universidad de Caldas en Manizales, Colombia.
En esta oportunidad estaré dictando el taller “Remix. Herramientas de reapropiación para la creación sonora y audiovisual desde el reciclaje digital” en el que repensaremos las posibilidades de creación a partir de materiales pre-existentes; y también presentando en el Foro Académico una ponencia titulada Audiovisión e inteligencia artificial, que es el resultado parcial del proyecto de investigación homónimo que tengo el placer de dirigir, y que está radicado en la Universidad del Salvador.

Como siempre, si quieren saber un poquito más, en el texto hay links para seguir.
¡Gracias por leer y compartir!

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Después de un vuelo que sorpresivamente duró veinte minutos menos, al llegar a Formosa, Wilma nos pasaba a buscar a Ariana –que venía desde Uruguay– y a mí por el aeropuerto El Pucú.
Desde ese momento –y aunque era la primera vez que veía tanto a Wilma como Ariana–, la sensación de familiaridad que se respiraba era poderosa: mientras nos acercábamos al centro, hasta los nombres de personas que teníamos en común fueron invocados en medio de una charla que entrelazó nuestros intereses, vocaciones y proyectos.
Después de que Wilma nos diera una breve recorrida por el paseo de la costanera, llegamos al Hotel Internacional de Turismo, donde ya nos esperaba el –querido por todo el mundo– Fandos, que inmediatamente después de darnos la bienvenida, tiró:
– Ahora van a venir a tomar una cerveza, ¿no?
¿Cómo rechazar la oferta? diez minutos después de llegar estábamos en el restaurante del hotel conversando con Roberto y Patricia sobre la cultura Ache guaraní, que de forma tan comprometida y respetuosa están estudiando. También llegaron más tarde Lutiere y Alice, la cuota brasileña del evento.
Al día siguiente, después del desayuno y ya en la escuela donde tenían lugar las jornadas, nos reencontramos con el profe Rubén Orué, quien me presentó a Diana.
Entre charlas y ponencias, el cansancio acumulado ya me estaba complicando mantener la atención y los ojos abiertos, pero Emanuel, un amigo de Luján me preguntó si quería un mate para no dormirme, y ella me incluyó en la ronda ¡gracias por esos mates salvadores!
Por la tarde presenté mi charla y, más tarde, Mikrokosmika abrió el concierto de cierre. Las obligaciones de este lado de la frontera terminaban y nos esperaba un micro que nos llevaría camino a Asunción, pero que nos dejaría en la frontera, para que la crucemos caminando y continuemos el viaje divididos en dos combis, que completarían el recorrido.
Una vez llegados al hotel de la Secretaría Nacional de Deportes, nos distribuyeron en habitaciones, quedando yo con Federico y Lutiere. El episodio se remata con la falta de wifi en el hotel a causa de la tormenta que acababa de terminar, pero que gracias a Fermín –una red wifi libre que habilitó César desde su celular– quienes no teníamos datos pudimos mandar esos mensajitos tan importantes para avisar que llegamos bien.
Otra vez a dormir poco. A las 7.15 salimos camino a la Alianza Francesa, donde me tocaba un primer día de espectador. La acreditación en Mesa de entrada estaba a cargo de Belén y Paz, quienes además me prestarían más tarde, el enchufe donde tenían su compu para cargar mi celular.
Nos reencontramos con Fausto y Esteban, a quienes conocí en Resistencia meses atrás y charlamos un poco de algunas de las ponencias vistas.
El segundo día comenzaría similar, solo que después del almuerzo me tocaba presentar la charla de Paisajes sonoros subterráneos nuevamente. Después de pasear un ratito por la librería con Alice y ver los libros que se había comprado, Marina, a cargo de coordinar el armado y comienzo a término de mi charla, me interceptó y me llevó con algo de apuro al escenario principal, mientras esperábamos que el unipersonal de teatro, termine de recoger sus elementos del escenario. Quedaban diez minutos para largar.
Después de las palabras de presentación de Dani y Rubén, y moderado rigurosamente por Livi, compartí la experiencia del proyecto dándole lugar al conversatorio compartido con Alice, Miguel, Ariana y Lutiere, en el que contestamos interesantísimas preguntas del público.
Otras preguntas surgieron en charlas posteriores, como la pregunta de Bethania, acerca de si es posible hacer un largometraje que sea puramente sonoro. Aún me parece increíble despertar estas ideas en artistas provenientes de otras formaciones… aunque hay que decir que ella también estudia piano.
Cierre del evento, vuelta a Formosa, dormir y volver definitivamente.

Si bien este sería el momento de agradecer, comentaba Ariana en su charla que se había enterado que en guaraní, no existe traducción literal para gracias porque la gratitud es un estado permanente. Ese estado se denomina aguyje.

Aguyje entonces.
Nos vemos la próxima.

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