Un poco de fútbol

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¡Ah! se comieron el amague. O mejor dicho, se las dejé picando. Ese podría ser el puntapié inicial de este texto, una buena forma –creo yo– de que me den pelota. Y si finalmente logro su atención: la rompí, la descosí. Un golazo, podríamos decir, y tendría más que un motivo para quedarme un rato canchereando con ustedes, si se quedan bancando los trapos… porque en la cancha se deja todo.

Al toque les tiro un centro para que entiendan mejor de qué estoy hablando: vivimos utilizando palabras que provienen del fútbol en nuestro lenguaje cotidiano, y esa es una de las formas más tangibles de entender que es un elemento importante de nuestra cultura popular: decimos que el que quiere estar en todos lados quiere patear el centro y cabecear; cuando algo nos salió muy bien la clavamos en el ángulo; si damos un paso en falso en alguna situación quedamos en off side; si vemos algo sospechoso pero lo dejamos pasar hablamos del famoso siga siga; si nos desligamos de un problema pasamos la pelota; y ni hablar del toco y me voy.

Así, quise poner en sonidos todas estas cuestiones, retratando en una pequeña pieza la familiaridad con este deporte y como fuente, recurrí principalmente a recuerdos.
De chico siempre salía a jugar con los chicos de mi cuadra. En la calle, en las veredas o bien en el terreno que Tito –un vecino– nos prestaba para jugar (?), improvisábamos arcos con buzos y piedras, inflábamos la pelota, armábamos equipos con el método de pan y queso y pasábamos tardes enteras peloteando… partidos si éramos varios, o marcaditas, veinticinco o mete gol entra si éramos menos.
También, de los recuerdos de alguna charla con mi abuelo –que de hecho, jugó en las inferiores de Racing Club– recordaba puntualmente los relatos de partidos históricos: el primero, aquel de 1986 donde el Diego hace su gambeta eterna, convirtiendo el famoso gol a los ingleses; el segundo, la final de la Copa Mundial de 1978 en la que el matador Kempes golea el arco holandés.
A estos relatos protagonizados por dos diez, le sumé uno de otra época, de nuestra época. Infaltable un gol de Messi.

 

Entre lo amateur y lo profesional, entre el barrio y la cancha. No importa tu edad, tu género, ni el interés o la habilidad que tengas para este deporte. Está en la cultura, en la tradición, en lo cotidiano. Todo argentino, al menos de rebote escuchó acerca del fútbol, sus ídolos y leyendas.

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Dicen que escapó de un sueño, en casi, su mejor gambeta
que ni los sueños respeta, tan lleno va de coraje
sin demasiado ropaje, y sin ninguna careta.
Dicen que escapó este mozo, del sueño de los sin jeta
que a los poderosos reta y ataca a los más villanos
sin más armas en la mano, que un diez en la camiseta.
Los Piojos
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10 comentarios
  1. Marlene dijo:

    Hola Ale,
    Estuve elaborando una versíon sonora para el Aleph que rescata sonoridades de mi infancia. Me senti identificada con tu proceso. Ademas amo el futbol. Gracias por compartilo.

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